Clubes endeudados por participar en torneos nacionales que no reditúan ninguna solvencia
El espíritu “conformista” que desde hace años anima a los “mandamás” del fútbol en la República Argentina, quienes se refugian en “fastuosas” oficinas de la calle Viamonte, en la Capital Federal, se han convertido, últimamente, en verdaderos “verdugos” de las pobres instituciones del interior del país, que, ilusionados por trascender en el orden nacional, se embarcan en competencias de prolongada vigencia, endeudan su patrimonio, se nutren de jugadores traídos de otras latitudes y terminan “pidiendo la hora” cuando llegan los vencimientos o se ven cercados por los acreedores.Los “patriarcas” del fútbol en nuestro país, enarbolan con frecuencia el trillado “federalismo” y se empeñan en organizar competencias nacionales con más de 100 instituciones participantes y donde sólo existen premios para cuatro, mientras los noventa y seis restantes no saben cómo hacer para equilibrar sus balanzas económicas y deben apelar a todo tipo de artimañas para generar recursos económicos con el propósito de evitar “intimaciones o papelones”.
Los “ideólogos” de los torneos nacionales obligan a sus Ligas, Federaciones o Asociaciones a inscribir sus equipos, ya que de esa manera “ellos” se aseguran el “éxito” de la competencia y al mismo tiempo promueven el desequilibrio económico de los clubes que “ciegamente” se lanzaron a la aventura de algo inalcanzable, costoso y con una variada colección de dificultades económicas, muy lamentable
El espíritu “conformista” que desde hace años anima a los “mandamás” del fútbol en la República Argentina, quienes se refugian en “fastuosas” oficinas de la calle Viamonte, en la Capital Federal, se han convertido, últimamente, en verdaderos “verdugos” de las pobres instituciones del interior del país, que, ilusionados por trascender en el orden nacional, se embarcan en competencias de prolongada vigencia, endeudan su patrimonio, se nutren de jugadores traídos de otras latitudes y terminan “pidiendo la hora” cuando llegan los vencimientos o se ven cercados por los acreedores.Los “patriarcas” del fútbol en nuestro país, enarbolan con frecuencia el trillado “federalismo” y se empeñan en organizar competencias nacionales con más de 100 instituciones participantes y donde sólo existen premios para cuatro, mientras los noventa y seis restantes no saben cómo hacer para equilibrar sus balanzas económicas y deben apelar a todo tipo de artimañas para generar recursos económicos con el propósito de evitar “intimaciones o papelones”.
Los “ideólogos” de los torneos nacionales obligan a sus Ligas, Federaciones o Asociaciones a inscribir sus equipos, ya que de esa manera “ellos” se aseguran el “éxito” de la competencia y al mismo tiempo promueven el desequilibrio económico de los clubes que “ciegamente” se lanzaron a la aventura de algo inalcanzable, costoso y con una variada colección de dificultades económicas, muy lamentable
“Los descalabros”Existen sobrados testimonios acerca de esta realidad que “salpica” a muchas entidades formoseñas. Ni hablar de lo que ocurre en el resto del país donde los “descalabros” llegaron a ser moneda corriente y hoy sólo produce lamentos entre aquellos que vivieron la dolorosa experiencia de un mal paso económico.Habitualmente, los presidentes de Ligas de Fútbol dentro del país son los que promueven las participaciones de los equipos y en muchos casos resultan “obligatorios”, ya que de lo contrario podrían recibir “severas sanciones”. Y es allí donde el representante de los grandes “ideólogos” elevan su concepto al “arrimar” mayor cantidad de clubes que desafían la realidad y se lanzan a una aventura con “final anunciado”
“El gran circo”Pero, éste “gran circo” alguna vez debe terminar la función.Y será el momento en que muchos dirigentes de clubes hoy empobrecidos se darán cuenta del mal paso dado, del engaño de quienes deben guiarlo y de aquellos que pretenden quedar bien “con los de arriba”, en desmedro de los clubes que “sostienen” el cargo que ostentan.
“Dirigentes?”Alguna vez, quienes hoy se atribuyen el “rótulo” de dirigentes deportivos se van a dar cuenta que fueron víctimas de engaños. Los torneos argentinos con más de cien equipos participantes no sirven. Las ilusiones se derrumban, las deudas hay que pagarlas y los contratiempos crean situaciones conflictivas que van en desmedro de la seriedad y coherencia que siempre debe existir entre aquellos que asumen la responsabilidad de conducir una institución.
“Salir al ruedo”Es bueno que nuestros deportistas puedan competir en torneos nacionales, siempre con la “trillada” premisa que “es para adquirir experiencia”, además de la motivación que se les puede brindar. Pero… cuales son las consecuencias futuras para la entidad que “ sale al ruedo” dispuesto a competir, sin medir los innumerables gastos que debe realizar en distintos rubros para cumplir compromisos de participación.“Aventura deportiva”Hay que reconocer y valorar el aporte del Gobierno provincial que permanentemente acude en ayuda de los clubes comprometidos en participar en determinadas competencias, pero con escasos recursos económicos genuinos, lo que contribuye en convertir más onerosa la “aventura deportiva” en que se ha embarcado.
“No improvisar”Sabemos que resulta incontenible la ansiedad de los jugadores por participar en un torneo nacional, máxime después de haber ganado un certamen clasificatorio, lo que muchas veces dificulta la labor de los dirigentes, quienes tienen el deseo de satisfacer los derechos adquiridos por los jugadores, pero nunca se detienen en hacer números y ver la realidad de lo que representa conformar un plantel para un certamen argentino.En consecuencia, la dilatada experiencia vivida por otras instituciones debe ser el punto de partida de los que todavía no vivieron el “suplicio” para evitar el endeudamiento de su club y evitar, más allá de las exigencias, un mal momento financiero que, generalmente, se logra superar con algún “subsidio” generoso que llega desde el Gobierno provincial. Ser previsor y no improvisar es la fórmula perfecta para evitar malos momentos a nuestras alicaídas entidades deportivas. El Comercial Formosa.-
“Salir al ruedo”Es bueno que nuestros deportistas puedan competir en torneos nacionales, siempre con la “trillada” premisa que “es para adquirir experiencia”, además de la motivación que se les puede brindar. Pero… cuales son las consecuencias futuras para la entidad que “ sale al ruedo” dispuesto a competir, sin medir los innumerables gastos que debe realizar en distintos rubros para cumplir compromisos de participación.“Aventura deportiva”Hay que reconocer y valorar el aporte del Gobierno provincial que permanentemente acude en ayuda de los clubes comprometidos en participar en determinadas competencias, pero con escasos recursos económicos genuinos, lo que contribuye en convertir más onerosa la “aventura deportiva” en que se ha embarcado.
“No improvisar”Sabemos que resulta incontenible la ansiedad de los jugadores por participar en un torneo nacional, máxime después de haber ganado un certamen clasificatorio, lo que muchas veces dificulta la labor de los dirigentes, quienes tienen el deseo de satisfacer los derechos adquiridos por los jugadores, pero nunca se detienen en hacer números y ver la realidad de lo que representa conformar un plantel para un certamen argentino.En consecuencia, la dilatada experiencia vivida por otras instituciones debe ser el punto de partida de los que todavía no vivieron el “suplicio” para evitar el endeudamiento de su club y evitar, más allá de las exigencias, un mal momento financiero que, generalmente, se logra superar con algún “subsidio” generoso que llega desde el Gobierno provincial. Ser previsor y no improvisar es la fórmula perfecta para evitar malos momentos a nuestras alicaídas entidades deportivas. El Comercial Formosa.-
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