La balada del boxeador cariñoso - Iván Pozo, el púgil gallego más laureado de la historia,
repasa luces y sombras de su carrera tras haber decidido retirarse.
Iván Pozo disputó su último combate el pasado 9 de marzo.
Xavier Urpi lo llevó a la lona en el primer asalto y el árbitro detuvo el
combate. Y a la vez su carrera. El vigués supo que el momento del adiós había
llegado, aunque solo tiene 33 años. "Lo importante es saber cuándo acabar
e irse con dignidad. Un boxeador no puede arrastrarse", proclama.
Siente
además que su entorno ha cambiado. Cierra la puerta a cualquier reaparición y
desde esa distancia contempla el palmarés del mejor púgil gallego de la historia:
33 victorias (20 KO), 9 derrotas (7KO) y un nulo, dos títulos nacionales
amateurs, cuatro cinturones de campeón de Europa, otro par del mundo hispano.
Y
sobre las cifras, su máximo orgullo: "Creo que he dejado una buena imagen.
He ayudado a que el boxeo se vea de una forma digna y que un boxeador puede ser
una persona cariñosa, educada e inteligente".
Lo primero que hizo Iván Pozo al día siguiente de asumir su
retirada fue comerse una hamburguesa en un McDonald's a las seis de la tarde.
"Una pequeña", acota. A cada bocado se iba sintiendo liberado. Del
espartano régimen alimenticio que en Navidad, al volver de los entrenamientos,
le hacía mirar por las ventanas los manjares ajenos ("me sentía un tío muy
raro"). De la disciplina y el sufrimiento. También con la tristeza de
dejar un oficio que ama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario