Por Hugo Juárez 0
Sólo con el correr del tiempo se podrá entender (o interpretar) lo que sucedió ayer en la cancha de Atlético Tucumán, ya que las lecturas o comentarios que surgieron tras la derrota de Los Pumas ante Francia por 27 a 0 fueron tan variadas como disímiles, atento a que el corazón y el amor hacia el seleccionado nacional de rugby sigue intacto, por supuesto.
Es que mientras que para muchos la mutación de la piel de Jaguares a Pumas dura lo que un suspiro y sin que se note el cambio, otros tantos entienden que ha comenzado una etapa de desgaste inexorable, atento a que, haciendo números finos, no son más de 22 los responsables de ponerle el cuero a tres torneos (Super Rugby, Champioschip y ventanas incluidas) que le demuelen el alma al más pintado.
Y no están mal rumbeados, ya que más allá que cualquiera puede tener un mal día, que la falta de coordinación se multiplique en general, habla un poco del agotamiento que viene sufriendo este plantel conducido por Raúl “Aspirina” Pérez en los Jaguares y Daniel “Huevo” Hourcade.
Si a esto se le suma que ayer se le plantó la mejor versión del seleccionado francés del momento, está claro que la fría y gris tardecita tucumana se convirtiese en una suerte de calvario para el conjunto argentino.
Analizar los pro y los contra será materia de los entrenadores, ya que entre los 15.168 espectadores que pagaron entrada para ver al equipo de sus amores y aquellos que fueron invitados a observar “algo distinto”, el encuentro no dejó de ser una fiesta. Bastó ver la multitud que rogaba por estar cerca de sus ídolos en la zona mixta mientras la lluvia intentaba apaciguar tanta pasión.
Fue en ese sitio improvisado, abierto para que la prensa acreditada logre rescatar conceptos y una que otra selfie instantánea, que se pudo observar todo lo bueno que despiertan estos muchachos pese haber sufrido una derrota que, obviamente, les tiene que haber calado en el alma.
Que los obligará a replantearse un sin número de cosas, pero que no les quitará el sueño porque la historia los ampara. Y no precisamente por soberbios o arrogantes, sino porque ellos están escribiendo su propia historia.
Síntesis
Los Pumas: Nahuel Tetaz Chaparro (García Botha), Agustín Creevy (c) (Montoya) y Ramiro Herrera (Pieretto); Guido Petti y Tomás Lavanni; Pablo Matera (Tomás Lezana), Javier Ortega Desio y Facundo Isa (Leguizamón); Tomás Cubelli (Landajo) y Nicolás Sánchez; Manuel Montero, Jerónimo de la Fuente, Matías Moroni (Orlando), Santiago Cordero (González Amorosino) y Joaquín Tuculet. Entrenador: Daniel Hourcade.
Francia: Jefferson Poirot (Slimani), Remi Bonfils (Maynadier) y Uini Atonio (Pointud); Julien Le Devedec (Jedrasiak) y Yoann Maestri; Loann Goujon, Kevin Gourdon (Galletier) y Louis Picamoles; Baptiste Serin Sébastien Bézy) y François Trinh-Duc (Plisson); Djibril Cámara (Julien Rey), Remi Lamerat, Gael Fickou, Xavier Mignot y Maxime Medard. Entrenador: Guy Noves.
Primer tiempo: 25m penal de Serin (F); 38m try de Bonneval convertido por Serin (F). Parcial: Los Pumas 0-Francia 10.
Segundo tiempo: 4m penal de Serin (F); 10m try de Lamerat convertido por Serin (F); 22m try de Goujon convertido por Serin (F).
Amonestado: en el segundo tiempo, 22m Lavanini (A).
Árbitro: Wayne Barnes (Inglaterra).
Estadio: José Fierro (Tucumán).
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