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Nueve jugadores de Peñarol y Nacional pasarán la noche entre
rejas - Nacional y Peñarol protagonizaron un tremendo escándalo
cuando sus jugadores se liaron a puñetazos a pocos minutos de la conclusión del
Clásico uruguayo en un cuadrangular de verano. Diez jugadores declararon en la
sede de la Dirección Nacional de Inteligencia y nueve de ellos quedaron
detenidos a la espera de ser conducidos ante la Justicia.
Se jugaban minutos del segundo tiempo del partido clásico
entre Nacional y Peñarol. El Estadio Centenario no lucía lleno ni mucho menos,
producto del verano, de ser un encuentro de corte amistoso válido por
semifinales de la Copa Antel, de la proximidad de la verdadera competencia
oficial...
Pero de amistoso, nada. Nacional ya ganaba 1 a 0 con gol de
Iván Alonso, de tiro penal, cuando el delantero mirasol Carlos Nuñez elevó su
pierna demasiado arriba y la estrelló contra el pecho del defensor tricolor
Andrés Scotti. Una pequeña escaramuza, empujones, insultos. Y nada más.
Pero de repente, cuando todo terminaba en amagues, llegó un
artero golpe del carbonero Fabián Estoyanoff a la mandíbula de Pablo Alvarez. Y
apenas tuvo destino el derechazo, comenzó la debacle.
Unos y otros, a golpes y patadas, dieron un espectáculo más
similar al boxeo que al fútbol, que se extendió por varios minutos. Cuando las
aguas y los ánimos se apaciguaron, fue momento de expulsiones.
El árbitro Martín Vázquez dialogó con los capitanes, Scotti
y Bizera, y allí convinieron que lo mejor era expulsar dos y dos. Estoyanoff y
Núñez por Peñarol, García y González por Nacional. Luego el juego terminó sin
mayores problemas, y con los protagonistas pidiendo disculpas públicas en cuanto
micrófono se pusiera adelante.
Cuando el episodio violento sucedió en la noche del lunes, y
todos pensaron que no dejaría de ser una tormenta de verano en Uruguay,
sobrevinieron las repercusiones.
Quien desde el Estado habló fue la Ministra de Deportes, Liliam
Kechichian. "Es un bochorno, una vergüenza", citó la Secretaria de
Estado. Y lo amplió el subsecretario Antonio Carámbula, integrante de la
Comisión de Seguridad en el Deporte: "Queremos que las directivas de
Nacional y Peñarol apliquen sanciones contra los responsables del bochorno que
se vivió en el clásico. El combate contra la violencia en el deporte implica un
largo camino a recorrer. Ayer retrocedimos varios pasos. El que vea esto como
una pelea e hinchando 'por los míos' no está entendiendo nada ni ayudando nada.
No. Todos igual de impresentables".
A partir de allí la Justicia tomó parte, a tal punto que 10
jugadores -6 de Nacional y 4 de Peñarol- aguardan la instancia judicial del día
miércoles en la sede penitenciaria de la Dirección Nacional de Inteligencia,
donde quedaron detenidos.
Se trata de Santiago García, Leonardo Burián, Ignacio
González, Pablo Álvarez, Darwin Torres y Diego Arismendi por Nacional, y sus
colegas Fabián Estoyanoff, Carlos Núñez, Jorge Rodríguez y Jonathan Sandoval,
de Peñarol. De éstos, el marcador lateral de Nacional, Pablo Álvarez, es
considerado víctima mientras que los demás están citados como testigos.
Con vídeos por doquier, fotos que documentan cada instante
de los 7 minutos que se extendió el incidente, el trabajo de la Justicia no se
dilatará por mucho tiempo. Trabaja en el caso el Juzgado Letrado en lo Penal de
9° turno a cargo de la jueza Blanca Rieiro, con aportes de la Dirección General
de Información e Inteligencia.
¿Penas? No es la primera vez que jugadores de Nacional y
Peñarol se enfrentan más allá del fútbol en un campo de juego. Años atrás, en
el año 2000, varios futbolistas y entrenadores fueron detenidos y debieron
permanecer en prisión por días. Ahora, si se aplica el Código Penal sobre riñas
en competencias deportivas, los participantes del conato podrán recibir de 3 a
24 meses de prisión, obviamente una pena que no conlleva días en la cárcel.
En la interna de los clubes las reacciones fueron disímiles.
Mientras el director técnico mirasol Jorge Goncálvez habló de "darle un
chas chas en la cola" a sus jugadores, el presidente de Nacional, Eduardo
Ache, cargó la culpa de las agresiones a los jugadores de su eterno rival.
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