Lo que queda del fútbol - Federico Peretti cumplió el sueño del hincha: recorrió
durante tres años los puntos más distantes del país para filmar a 140 equipos
que juegan en torneos oficiales de la AFA. El resultado es El otro fútbol,
un documental que sumerge al espectador en un fenómeno social apasionado.
Hincha de River, dice que para su equipo, haber jugado en la B, “no sirvió de
nada”.
POR VICTORIA REALE
El otro fútbol no sólo retrata la pasión por el deporte
más popular de la Argentina, sino que presenta un universo donde los jugadores
se divierten, las familias llenan las tribunas y la cancha se convierte en el
punto de reunión más convocante del pueblo, todos los fines de semana.
Para documentar el fenómeno, el cineasta Federico Peretti
recorrió el país durante tres años y con su cámara logró una galería de
retratos, escenarios y personajes que pintan el mundo del Ascenso. En su
recorrida encontró canchas de tierra y piedra, como el Estadio Único de La
Quiaca; partidos donde la pelota no pasa el medio campo por el viento, y
tribunas donde ocupa más lugar una bandera que las diez personas que siguen a
su equipo.
El documental muestra cómo los jugadores no sólo quieren
ganar por el amor a la camiseta, sino por el esfuerzo que realizan ellos y sus
familias para competir en forma amateur. Para ellos el fútbol significa amigos,
pertenencia y alegrías. En las tribunas, los seguidores aguantan bajo el
granizo en Ushuaia o al calor de una siesta correntina, mate en mano, mientras
aprovechan para enterarse de los últimos chismes. La película se estrena este
jueves en salas porteñas y en Espacios INCAA del interior del país.
Federico Peretti le cuenta a Revista Ñ digital la diferencia
entre lo que ocurre en las grandes ligas y la mirada que tienen las mismas
instituciones en el interior, donde el fútbol del Ascenso cumple una función
social. “Los deportistas amateur juegan para divertirse, si ganan se van
contentos, si pierden les da tristeza, pero termina ahí. Ellos saben que al
otro día no los van a insultar en la calle”, cuenta el director.
-El otro fútbol primero se editó como un libro de
fotografías. ¿Le sirvió como referencia para realizar la película?
-El libro me sirvió para encontrar la forma de narrar y
encuadrar la película. Saqué las fotos en los primeros seis meses de trabajo.
Cuando estaba un poco perdido en el montaje del documental, porque filmé más de
300 horas, volvía a mirar el libro para recordar qué fue lo que más me fascinó
en un primer momento.
-¿Qué significa ser jugador amateur en las ligas oficiales
de la AFA?
-Los jugadores amateur sienten que el fútbol es una parte
más de sus vidas. Tienen un trabajo y luego disfrutan del deporte. No tienen la
presión de que el fútbol los puede salvar, de hacer una carrera para jugar en
primera y luego ir a Europa. Por ejemplo, uno de los protagonistas del
documental es un colectivero que juega en Mar del Plata. A él le ofrecieron
jugar para un club en Lanús y no aceptó, porque no le interesó abandonar su
vida en Mar del Plata. Es diferente para los jugadores profesionales, porque el
fútbol para ellos es un trabajo. El problema se da con la llamada “cultura del
aguante”, donde la gente le dice al jugador que tiene que dejar la vida en la
cancha como ellos la dejan en la tribuna. Eso es un error, es como si uno fuera
al teatro y le gritara a los actores que tienen que actuar mejor porque sino
los esperas a la salida. El fútbol es un espectáculo más. La diferencia entre
los futbolistas amateur y los profesionales, es que los primeros juegan y los
otros trabajan. Los dos quieren ganar, pero el hincha se equivoca en
proyectarle todas sus frustraciones.
-¿Los clubes generan un lugar de pertenencia en las
provincias?
-Cuando vas a las provincias te das cuenta de que el club no
es sólo una institución deportiva, sino que es un lugar donde se reúne la
gente. En La Quiaca hay 20 clubes y una sola cancha, donde todos juegan el fin
de semana. Y todo el pueblo se convoca allí. En el mismo equipo juegan el padre
de 45 años con el hijo de 15. En la tribuna ves mujeres con chicos que ni
siquiera miran el partido, sino que aprovechan para hablar con las amigas. En
las ciudades del interior, el fútbol es una excusa para reunirse.
-En tu película se puede ver que muchas mujeres participan
de los eventos.
-En todas las ligas de las provincias ves que las mujeres
ayudan en el buffet y cobran la entrada. Cuando te encontrás con una abuela que
te corta la entrada y te invita a pasar te das cuenta de que en la cancha hay
otro ambiente. Esto es algo imposible de imaginar en los estadios de Buenos
Aires, donde te recibe un patovica que te revisa antes de pasar.
-El montaje de El otro fútbol está estructurado en su
mayoría alrededor de este contraste entre Capital y las provincias. ¿Por qué lo
hizo de esa manera?
-A lo largo de los tres años de trabajo, primero fui a ver
los partidos del Ascenso que se juegan en Capital Federal y el Gran Buenos
Aires. Recién después pude viajar al interior. Los clubes de acá empezaron a
ilusionarse con que ésta iba a ser la primera película que iba a contar el
Ascenso. Después de que terminé de rodar, me di cuenta de que el material que
más me gustaba fue el que filmé en las ligas de las provincias, donde vive el
espíritu amateur. Pero ya tenía un compromiso con la gente del campeonato
metropolitano. Me costó encontrar un balance entre estas dos realidades, pero
pude estructurar la narración a través de puntos geográficos: de La Quiaca a
Ushuaia y del Nordeste a Cuyo. Mi intención era dar a conocer cómo se juega y
que representa el fútbol del Ascenso a lo largo del país.
-¿Qué tipo de imágenes iba a buscar a la cancha? ¿Por que
eligió trabajar con una cámara pequeña?
-Me costó un año encontrar mi propia manera de filmar. Sabía
qué tipo de imágenes no quería registrar, pero a veces terminaba grabando con
el estilo de los programas deportivos. Empecé con una cámara grande en mano y
me di cuenta de que necesitaba trabajar con una cámara más chica y de manera
fija, para que no sea intrusiva y para lograr retratar la atmósfera que rodea a
las ligas menores. Fue difícil que la gente entendiera que la película no iba a
tener ningún parecido a un programa de televisión que se llamó El aguante.
-Ese programa generó una mirada sobre el fútbol del Ascenso.
-La gente que va a la cancha ve una cámara y empieza a
actuar como lo hacían para ese programa, agitando sus banderas e insultando a
los otros equipos. Creo que El aguantefomentaba la violencia y retrataba a
los barras como algo vistoso y bizarro. Con ese tipo de retrato, la mayoría de
los televidentes pensaba que en todos los partidos del Ascenso había problemas
y que las hinchadas eran todas violentas.
-Sin embargo, en El otro fútbol se puede ver la diferencia
entre la hinchada de Chacarita o la de Excursionistas y los que concurren a la
cancha en las ligas pequeñas del interior.
-En Buenos Aires los clubes son equipos y en el interior son
instituciones deportivas. Acá la hinchada aprieta a los jugadores si no ganan,
allá es un evento social. Por ejemplo, el club Agrario es el único en De la
Garma, una ciudad de mil quinientos habitantes en la provincia de Buenos Aires.
Agrario tiene un equipo que juega en la liga B de Tres Arroyos, y para ascender
a la A, los dirigentes deberían pagarle doscientos pesos a algunos jugadores
por partido. Los socios hacen eventos para recaudar plata y así mantener el
club para que puedan jugar sus hijos. Los dirigentes prefieren seguir jugando
en la B y no endeudarse.
-¿Cuál fue el criterio a la hora de elegir a los personajes
del documental?
-Quería que la película fuera coral y que los personajes
retrataran el mundo de las ligas. Por eso elegí un jugador, un árbitro,
relatores, un utilero, un técnico y hasta un pastor que es ayudante de campo.
Desde sus diferentes roles, los personajes van pintando este universo.
-“Pioneros de Campana” está formado por agentes del Servicio
Penitenciario y reclusos. ¿Cómo es la convivencia en ese equipo?
-Cuando entran a la cancha son un equipo, no vi diferencias
entre guardia cárceles y presos. Miguel González, que fue subdirector de la
penitenciaría de Campana, ideó un proyecto que funciona hace diez años y logró
comprometer a todas las partes. Después de ocho años de trabajo, decidió que el
equipo podía jugar en la liga local de Campana, pero jugaban en la cancha de la
penitenciaria. Cuando ganaron ese torneo, empezaron a jugar en una liga de la
AFA y allí tuvieron que salir para jugar de visitante. Pero los reclusos me
contaron que en ningún momento se les ocurrió fugarse, sino que iban a ganar el
partido.
-¿Qué significa formar parte del equipo para los internos
del penal?
-Ellos me contaban que ser parte del equipo les hizo
replantearse muchas cosas. Participar en un torneo de AFA para ellos era un
sueño que pudieron cumplir en el lugar menos pensado y así se dieron cuenta de
que podían sostener un proyecto diferente. Hace unos días regresé al penal para
proyectar la película, y me enteré de que los tres internos que hablan en el
filme salieron en libertad y no reincidieron. Creo que cuando se les da una
oportunidad y se les ofrece un proyecto con una meta a cumplir, ellos se
sienten felices de poder alcanzarlo.
-¿Cómo vivió el descenso de River, su propio club, siendo
que tuvo que filmarlo para su película?
-Soy fotógrafo para un medio de River y cuando perdió con
Belgrano de Córdoba estaba trabajando dentro de la cancha. Cuando finalizó el
partido fui a grabar el festejo de los jugadores de Belgrano mientras estaba
llorando. Cuando salí de la cancha estaba seguro de que no había grabado nada y
encontré el material seis meses después con muy buenas imágenes, así que decidí
incluirlo en el documental.
-¿Cree que a River le hizo bien jugar el Ascenso?
-Mucha gente acompañó más al equipo en el Ascenso que en
Primera. Pero los dirigentes del club no cambiaron nada, siguen en la misma
postura que nos llevó a la B. El último domingo los hinchas volvieron a
insultar al equipo, que perdió con Belgrano de Córdoba. Al final haber jugado
el Ascenso no sirvió de nada.
Peretti básico:
Nació en Buenos Aires en diciembre de 1980. Es director de
cine, trabaja en publicidad y es miembro de la Asociación Argentina de
Reporteros Gráficos.
Dirigió varios cortometrajes que fueron premiados en
importantes festivales. Su primer largometraje El otro fútbol (2012)
también se editó en formato de libro de fotografías a fines de 2011.
Ficha Técnica
El otro fútbol (2012). Duración 93 minutos. Argentina.
Guión y Dirección: Federico Peretti
Investigación y Entrevistas: Fernando Prieto
Productor Ejecutivo: Andrés Suárez
Jefe de Producción: Fernando Prieto
Fotografía y Cámara: Federico Peretti
Sonido Directo: Alejandro Venturini
Cámara Adicional: Fernando Prieto y Manuel Mieres
Montaje: Federico Peretti
Post de Sonido: Fernando Iguacel y Martín Sosa
Música Original: Julián Gómez
El filme se estrena el jueves 9 de agosto en las salas
ArteCinema y Monumental Lavalle de la Ciudad de Buenos Aires. Así como también
en Los Espacios INCAA de Burzaco, La Plata, La Matanza, La Rioja y Villa
Mercedes, provincia de San Luis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario