YESICA MARCOS - Si alguien dudaba de la recuperación anímica total de la
campeona mundial mendocina Yésica Marcos tras un oscuro período de varios meses
que le significó perder uno de los cetros mundiales que poseía, el supergallo
de la Organización Mundial (OMB), tuvo una muestra con su combate del mes
pasado (13 de diciembre), donde vapuleó a la colombiana Ángeles Marciales. Hoy,
segundo día del año, el "Bombón Asesino" comienza a preparar la
décima defensa de la corona que posee, el de la Asociación Mundial de Boxeo
(AMB), estipulada para la segunda quincena de marzo.
Los deseos para un año movido
Con el brindis de estas fiestas se le cumplió el deseo que tenía la campeona,
quien entrevistada luego de su último combate expresó: “Ahora quiero pelear
afuera y después quiero recuperar mi título OMB, que tiene la 'Tigresa' Acuña,
o sea que voy por ella”.
Según su entrenador, Cristian Etem, que remplaza en esta nueva etapa a Martín
Díaz, “Yésica ha vuelto a ser la misma, o quizá mejor, porque ahora tiene mucho
más madurez, y eso nos permite enfrentar mayores desafíos. Una materia
pendiente para ella era combatir en el exterior; siempre quiso demostrar su
capacidad, tanto de local, como de visitante donde sea, para no dejar dudas de
que es una de las grandes campeonas que tiene nuestro país”, dijo orgulloso el
Gordo, y agregó: “El plan es hacer dos peleas, ésta y otra en junio, para luego
en setiembre desafiar a Marcela Acuña”.
¿Sería Panamá?
Luego Cristian, una especie de segundo padre para el "Bombón Asesino"
-la descubrió y protegió desde la adolescencia de la pugilista-, informó que la
pelea sólo tiene fecha tentativa, que será en la segunda quincena de marzo,
pero todavía se desconocen el lugar y la rival, aunque se especula que su
manager, Osvaldo Rivero, la haga combatir en Panamá.
Yésica Marcos tiene un récord invicto de 22 peleas ganadas, 7 de ellas por
nocaut, y 2 empates. Fuera de Mendoza -Yésica ha peleado tanto en San Martín
como en Tunuyán, Rivadavia, Malargüe, Ciudad y Junín- sólo tiene dos combates,
y fueron nada menos que en el mítico estadio porteño Luna Park.
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