AL BORDE DEL ABISMO DEPORTIVO – La Liga que regentea el
fútbol capitalino, perdió el rumbo hace ya varios años, y cada vez hay menos
equipos participantes. Esta temporada no se sabe si serán 6, 7 u 8 los clubes
que presenten la primera división. Conocida es la deserción de Independiente y
Bancruz, en el campeonato anterior. El panorama no es para nada alentador en
cuanto al ingreso de nuevos competidores, y todo indica que en vez de crecer,
el FEDERADO seguiría en decadencia.
Comparado con el crecimiento de las Ligas de Fútbol Centro,
que alberga varias localidades, y la cantidad de Instituciones (más de 30 para
este año) que posee la Liga Norte, con Caleta Olivia, Puerto Deseado, y otras ciudades
que suman en el 2014, la Liga de Fútbol Sur, específicamente Río Gallegos, está
en terapia intensiva. Porque La Cuenca (Rio Turbio y 28 de Noviembre), o la
Villa Turística (El Calafate y El Chalten), están preparadas para funcionar por
su cuenta, y cortar el cordón umbilical que los une a la Liga Madre, y que les
permitiera el nacimiento.
Una prueba de esta realidad, es la participación en el
presente Torneo del Interior, de varios equipos de la zona centro y norte, y en
el que Río Gallegos por estar inmerso en la conjunción de las filiales, puede
meter dos de seis equipos de primera directamente al torneo federal. Y donde ya
ascendieron dos instituciones, pero recordemos que no todas pueden participar
por una cuestión netamente económica.
Es tan preocupante como compleja, la actualidad del fútbol
de nuestra ciudad, que no escapa a la realidad nacional, en que gran parte de
los Argentinos, duda de una buena performance en Brasil 2014. Y que tiene que
ver con la crítica situación económica por la que atraviesan las instituciones,
y donde los pequeños equipos del interior, por esta necesidad de trascender,
culminan hipotecando sus bienes o desapareciendo.
Bancruz e Independiente, son un más que claro ejemplo de
esta situación, donde ambos con importantes participaciones, y sumidos a un
esfuerzo infrahumano, intentaron llevar los colores de su institución mas allá
de las fronteras de su provincia, y hoy, se encuentran sin competir en primera
división, sin socios, y a un paso de desaparecer, por lo menos en lo
competitivo.
Decimos compleja situación, porque aquellos que conocen la
historia del sacrificado fútbol de la Patagonia sur, donde de una triste
realidad de jugar en las piedras, pasamos a tener tres canchas con césped
sintético, como la del Boxing, Defensores e Hispano, en ese orden, y sumando la
de Ferro (que fue de césped natural), quedan solo Boca RG y Petrolero sin
cancha. Pero ahora que contamos con los espacios para la práctica del deporte más
popular, nos quedamos, primero sin plata, segundo sin dirigentes, y tercero sin
jugadores.
De los viejos dirigentes, ya no vale la pena acordarse
porque son etapas diferentes, aunque no hubieran permitido que se tomen ciertas
medidas, que a la larga perjudicaron la organización. Pero de Pablo Perea, o
Urbieta, pasamos a dejar a un gerente
encargado de la Liga de Fútbol, que como gerente seguro habrá hecho bien las
cosas, los balances supongo estarán al día, los campeonatos terminados, y los
premios entregados, antes de esta nueva temporada. Pero sin dirigentes, sin los
cuerpos que componen la misma, Javier Aguila, Domingo Urbieta, Juan Lucero, u
otros que habían asumido, no se puede avanzar.
De que sirve la competencia externa, sin la competencia
interna, sin la formación, sin el rodaje
que necesitan los jóvenes, sin el recambio. Con una liga que tiene más de
sesenta años, y hoy está peor que cuando la fundaron. Que tiró por la ventana a
los buenos dirigentes, como Juan Peralta que tuvo que ir a la justicia a probar
que era honesto, sintiéndose traicionado por los propios integrantes del
aurinegro, club que era gran parte de su vida. Emilio Guatti, que se fue sin
inaugurar la cancha oficialmente, cuestionado en su honorabilidad, a pesar de
dejar para el albiverde la mejor infraestructura de la patagonia. Carlos Gehl
que no pudo terminar un torneo Argentino B luego de luchar tanto para llegar a
competir en el mismo, exiliado en su domicilio lejos de las canchas. O de un
Juan Carlos Cárdenas que se murió sin poder cumplir el sueño del césped
sintético, que le había prometido a los niños, que le recordaban a su niñez, de
cuando Juan Carlos comenzó a jugar en el club de su barrio.
Que fútbol tenemos hoy, o a que le podemos llamar fútbol
federado? Al que está bajo el sello de la federación (AFA), porque solo eso lo
separa del resto del fútbol que se practica.
Si bien es cada vez más difícil, trabajar con el deporte, o
con este deporte, sabiendo de muchas buenas personas que cada día le ponen el
hombro, para que no se pierda el amor por el fútbol. En este momento, que un
grupo funcione como grupo, armarlo se torna difícil, porque uno nota que los
valores se pierden, la educación personal y profesional es cada vez peor. De
aquella vieja escuela del club de barrio, o de la escuela misma que no es la
misma, porque cambió la educación en las escuelas, es distinta. Las familias
son diferentes, no se fomenta el valor del esfuerzo colectivo, los niños hoy no
son los mismos, y los trabajos en grupo,
que es la base de los clubes, está cada vez más alejado, y que es fundamental
para un equipo.
Los mayores deben hacerse responsables, porque los jóvenes
esperan eso de ellos, no los pueden decepcionar, los chicos llevan las mochilas
cargadas de sueños a los entrenamientos, y los dirigentes deben ser
responsables a la hora de recibirlos, porque de ellos dependerá que esos chicos
por lo menos, si no trascienden en lo deportivo, el día de mañana sean buenas
personas, buenos padres de familia.
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