jueves, 16 de enero de 2014

678 – CUANTOS JUGARAN AL FUTBOL EN RIO GALLEGOS?

AL BORDE DEL ABISMO DEPORTIVO – La Liga que regentea el fútbol capitalino, perdió el rumbo hace ya varios años, y cada vez hay menos equipos participantes. Esta temporada no se sabe si serán 6, 7 u 8 los clubes que presenten la primera división. Conocida es la deserción de Independiente y Bancruz, en el campeonato anterior. El panorama no es para nada alentador en cuanto al ingreso de nuevos competidores, y todo indica que en vez de crecer, el FEDERADO seguiría en decadencia.

Comparado con el crecimiento de las Ligas de Fútbol Centro, que alberga varias localidades, y la cantidad de Instituciones (más de 30 para este año) que posee la Liga Norte, con Caleta Olivia, Puerto Deseado, y otras ciudades que suman en el 2014, la Liga de Fútbol Sur, específicamente Río Gallegos, está en terapia intensiva. Porque La Cuenca (Rio Turbio y 28 de Noviembre), o la Villa Turística (El Calafate y El Chalten), están preparadas para funcionar por su cuenta, y cortar el cordón umbilical que los une a la Liga Madre, y que les permitiera el nacimiento.

Una prueba de esta realidad, es la participación en el presente Torneo del Interior, de varios equipos de la zona centro y norte, y en el que Río Gallegos por estar inmerso en la conjunción de las filiales, puede meter dos de seis equipos de primera directamente al torneo federal. Y donde ya ascendieron dos instituciones, pero recordemos que no todas pueden participar por una cuestión netamente económica.

Es tan preocupante como compleja, la actualidad del fútbol de nuestra ciudad, que no escapa a la realidad nacional, en que gran parte de los Argentinos, duda de una buena performance en Brasil 2014. Y que tiene que ver con la crítica situación económica por la que atraviesan las instituciones, y donde los pequeños equipos del interior, por esta necesidad de trascender, culminan hipotecando sus bienes o desapareciendo.

Bancruz e Independiente, son un más que claro ejemplo de esta situación, donde ambos con importantes participaciones, y sumidos a un esfuerzo infrahumano, intentaron llevar los colores de su institución mas allá de las fronteras de su provincia, y hoy, se encuentran sin competir en primera división, sin socios, y a un paso de desaparecer, por lo menos en lo competitivo.

Decimos compleja situación, porque aquellos que conocen la historia del sacrificado fútbol de la Patagonia sur, donde de una triste realidad de jugar en las piedras, pasamos a tener tres canchas con césped sintético, como la del Boxing, Defensores e Hispano, en ese orden, y sumando la de Ferro (que fue de césped natural), quedan solo Boca RG y Petrolero sin cancha. Pero ahora que contamos con los espacios para la práctica del deporte más popular, nos quedamos, primero sin plata, segundo sin dirigentes, y tercero sin jugadores.

De los viejos dirigentes, ya no vale la pena acordarse porque son etapas diferentes, aunque no hubieran permitido que se tomen ciertas medidas, que a la larga perjudicaron la organización. Pero de Pablo Perea, o Urbieta, pasamos a dejar a un  gerente encargado de la Liga de Fútbol, que como gerente seguro habrá hecho bien las cosas, los balances supongo estarán al día, los campeonatos terminados, y los premios entregados, antes de esta nueva temporada. Pero sin dirigentes, sin los cuerpos que componen la misma, Javier Aguila, Domingo Urbieta, Juan Lucero, u otros que habían asumido, no se puede avanzar.

De que sirve la competencia externa, sin la competencia interna, sin la formación,  sin el rodaje que necesitan los jóvenes, sin el recambio. Con una liga que tiene más de sesenta años, y hoy está peor que cuando la fundaron. Que tiró por la ventana a los buenos dirigentes, como Juan Peralta que tuvo que ir a la justicia a probar que era honesto, sintiéndose traicionado por los propios integrantes del aurinegro, club que era gran parte de su vida. Emilio Guatti, que se fue sin inaugurar la cancha oficialmente, cuestionado en su honorabilidad, a pesar de dejar para el albiverde la mejor infraestructura de la patagonia. Carlos Gehl que no pudo terminar un torneo Argentino B luego de luchar tanto para llegar a competir en el mismo, exiliado en su domicilio lejos de las canchas. O de un Juan Carlos Cárdenas que se murió sin poder cumplir el sueño del césped sintético, que le había prometido a los niños, que le recordaban a su niñez, de cuando Juan Carlos comenzó a jugar en el club de su barrio.

Que fútbol tenemos hoy, o a que le podemos llamar fútbol federado? Al que está bajo el sello de la federación (AFA), porque solo eso lo separa del resto del fútbol que se practica.

Si bien es cada vez más difícil, trabajar con el deporte, o con este deporte, sabiendo de muchas buenas personas que cada día le ponen el hombro, para que no se pierda el amor por el fútbol. En este momento, que un grupo funcione como grupo, armarlo se torna difícil, porque uno nota que los valores se pierden, la educación personal y profesional es cada vez peor. De aquella vieja escuela del club de barrio, o de la escuela misma que no es la misma, porque cambió la educación en las escuelas, es distinta. Las familias son diferentes, no se fomenta el valor del esfuerzo colectivo, los niños hoy no son los mismos,  y los trabajos en grupo, que es la base de los clubes, está cada vez más alejado, y que es fundamental para un equipo.


Los mayores deben hacerse responsables, porque los jóvenes esperan eso de ellos, no los pueden decepcionar, los chicos llevan las mochilas cargadas de sueños a los entrenamientos, y los dirigentes deben ser responsables a la hora de recibirlos, porque de ellos dependerá que esos chicos por lo menos, si no trascienden en lo deportivo, el día de mañana sean buenas personas, buenos padres de familia.

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