Sí, Rodrigo, es para taparse la cara. La Villa volvió a perder y se ubica en el puesto 33, sólo por encima de los dos equipos que hoy están descendiendo.
Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com
Ayer, domingo de Pascua, día de resurrección, momento ideal para comenzar con una nueva vida...
Pero no. Villa Mitre demostró un ateísmo tan marcado que, si repasás el partido mentalmente, te das cuenta de que hay pasajes prolongados donde parece que no cree ni en si mismo.
Ayer, como en los dos partidos anteriores (Deportivo Madryn y Roca) volvió a perder 3-1, aunque esta vez con el agravante de ser local y de quedar enterrado en el fondo de las posiciones de su grupo, donde el penúltimo, Cipolletti, le sacó 3 puntos de luz.
La idea ofensiva del tricolor sólo quedó en la teoría, en el 4-3-1-2 con el que ingresó a la cancha. Le costó progresar, construir juego y romper por los costados.
Intentó salir jugando desde el fondo, pero los volantes estaban tan cerca de los dos de arriba que los defensores, varias veces, tuvieron que hacer malabares para no perder frente a la asfixiante presión alta del rival.
Y el primer error se convirtió en tragedia. El "Lorito" González la perdió frente a Porra, asistencia a Mauricio Villa y 1-0 para la visita.
Y el segundo yerro también fue fatal. Bidal y Héctor González se molestaron para cabecear, la bola derivó en Villa y a cobrar.
La desesperación invadió la piel de los futbolistas villamitrenses, y la ansiedad lo precipitó en decisiones desacertadas e imprecisiones reiterativas.
Centros, bochazos prendidos fuego al área enemiga y rezar por el final feliz de alguna de las tantas pelotas paradas que dispuso, fue todo el repertorio del dueño de casa, que en el segundo tiempo pasó de un 4-3-3 a un 3-4-3, para terminar con cuatro delanteros cuando Dietrich (vio la roja junto a Fondacaro: agresión mutua) ya había sido expulsado.
Atacar. atacó, pero la Villa fue víctima de su propio "barullo". Quiso ganar utilizando la cancha de arriba y se olvidó de tomar otros caminos, de probar otras variantes, esas que tiene y desaprovecha partido tras partido.
Para cambiar, tendrá que ser muy devoto de su fe. Esa fe que necesita si, en algún momento, pretende resucitar...
De la cancha al hospital: quedó internado
Lo de Mugabure, sólo un susto
Villa Mitre jugó los últimos 12 minutos con 9 jugadores. Gabriel Dietrich había sido expulsado, y Juan Pedro Mugabure, por un golpe (no se vio en que momento le pegaron) salió para ser atendido por el médico Ariel Carli.
Al costado de la cancha, en el sector oficial, Carli intentó reanimar al volante de Villa Maza, quien denotaba signos de estar mareado, persuadido y "perdido" en tiempo y espacio.
"Recibió un golpe en el maxilar inferior derecho que le repercutió en la cabeza. Estaba mareado y respondía a los estímulos, pero no sabía contra quien estaban jugando ni como iba el partido. Por eso decidimos que no podía reingresar a jugar y fue derivado directamente al hospital Penna, donde le hicieron una tomografía computada (arrojó resultado negativo, es decir que no hay ningún tipo de lesión) y donde quedó internado en observación hasta mañana (por hoy) a la mañana", señaló Carli, quien aseguró que "Muga",quien nunca perdió el conocimiento ni se desvaneció, se encuentra en la guardia del nosocomio acompañado por su señora (Celeste) y consciente de todo lo que le tocó vivir..
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