¿Cómo explicar o adjetivar la suerte deportiva de un club que bajó de categoría en el último cambio de milenio y rozó el ascenso en 12 de los 17 campeonatos que lleva en la tercera? Los hinchas de Deportivo Morón tenían ahogado un grito en su interior desde hace mucho y su regreso a la B Nacional es un premio a la perseverancia.
Tras una flojísima campaña en la temporada 1999/2000, el Gallo bajó a la B Metropolitana y ese sería el comienzo de un calvario casi eterno para sus fieles. Uno de los eternos dilemas del fútbol lleva a pensar si vale la pena ser protagonista en una competencia pero finalmente no conseguir el objetivo o pasar desapercibido en la misma y no sentir el duro impacto cuando no hay final feliz. Con esto lidió el club del Oeste durante 17 años.
Más allá de sus discretos torneos en la 2000/2001 y en la 2009/2010, y de haber visto de cerca al fantasma del descenso desde 2011 hasta 2014, Morón siempre fue protagonista en la B Metro. Se despidió en los reducidos por el ascenso en octavos de final (2001/2002), cuartos (2007/2008, 2010/2011 y 2014) y semifinales (2002/2003, 2004/2005, 2008/2009), pero los momentos más dolorosos y más cercanos a la gloria fueron otros.
En 2006, dos años después de haber terminado atrás de Atlanta en el Apertura, tuvo el privilegio de disputar una promoción ante Defensa y Justicia, luego de coronarse en el reducido. Fue empate en uno en el duelo de ida. Los de Florencio Varela, con ventaja deportiva, se pusieron 1-0 arriba en la revancha. Pero el cuadro de Salvador Daniele torcería la historia y hasta los 47 minutos del complemento, tendría el ascenso en sus manos.
Morón ganaba 3-1 y se jugaba el tiempo de descuento. Hacía instantes, le habían anulado un tanto al Halcón, que achicaba la diferencia a través de un gol de Marcos Ramírez. Los hinchas del Gallo ya saboreaban el título y se preparaban para invadir el campo al grito de "dale campeón", pero una falta al borde del área detuvo los corazones en el estadio Tomaghello. Ezequiel Miralles halló una hendija en la muralla armada por el arquero Maximiliano Gagliardo y frustró los sueños de todo un año de trabajo.
Transcurrieron solamente seis meses para que otro estigma marcara su historia. Morón llegaba como líder a la última jornada de la B Metro, sobre el final de ese año. Le llevaba tres puntos de ventaja a Estudiantes y uno a Almirante Brown, escoltas que se enfrentaban en Caseros. Como el Pincha se imponía ante la Fragata, al Gallo le bastaba un empate para dar la vuelta y asegurarse la final, pero Español triunfó 1-0 de visita y aguó su festejo.
Algunos inadaptados impidieron que el partido terminara y el descontrol se apoderó de la ciudad del oeste del conurbano. ¿El saldo de los serios disturbios? 70 detenidos, 30 heridos y dos patrulleros incendiados. Varios violentos se trenzaron a golpes con jugadores de ambos bandos y hasta ingresaron a la zona de vestuarios para continuar con los desmanes. La plaza principal, la estación y la municipalidad también se vieron afectados tras esta derrota.
(Télam)
(Télam)
En el siguiente semestre se metió en el reducido otra vez y jugó la final contra Estudiantes, que había caído en el mano a mano por el ascenso ante Almirante Brown. Quien ganara, se acreditaría la posibilidad de disputar la promoción con Ferro Carril Oeste, de la B Nacional. Y fue otra pálida para el conjunto albirrojo: 0-2 y frustración.
La última daga que le clavaron al Gallo fue en 2015: llegó a la final del reducido y se midió ante Almagro. Tenía la "ventaja" de definir la serie en casa, pero todo quedó prácticamente sellado en el primer chico, con un 4-0 contundente a favor del Tricolor. El 1-1 en el Nuevo Francisco Urbano fue para la estadística y la tristeza, nuevamente, se apoderó de las almas moronenses.
Morón se metió en la lucha grande junto a Flandria -campeón-, Atlanta y Colegiales en el torneo anterior, pero los esfuerzos no alcanzaron y hubo que comenzar otra vez desde cero.
En el actual campeonato, el regular elenco de Walter Otta se apoderó de la cima en la fecha 16 del actual certamen y no la largó más. El sufrimiento llegó a su fin. Con la victoria por 2 a 1 ante Platense, el club volvió a la segunda división del fútbol argentino, en la que más años atravesó (33) y ahora soñará con dar un nuevo zarpazo a primera, como en 1968.
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