" Es varón", gritó la partera, y sostenía en brazos al bebe de casi 5 kilos , hijo de Pedro Funes y Martha Baldovino. Era el viernes 8 de marzo de 1963 y unos días antes, el 3 de marzo, había muerto en un accidente en Olavarría, Juan Gálvez, como piloto de un Ford en una carrera de Turismo Carretera.
Era justamente el ídolo de Pedro y y le ponía a su hijo el nombre del automovilística. Lo bautizaron en San Luis como Juan Gilberto Funes. El fútbol era el entretenimiento para chico de gran contextura y con un enorme desarrollo muscular en sus piernas. En el Huracán puntano jugó en las inferiores. "El físico de ese pibe está para la primera", decían los hinchas del equipo del sur de la capital puntana. Y así debutó con 15 años en los torneos de la Liga de San Luis.
A los 17 pasó como un juvenil promisorio a Sarmiento de Junín, de la provincia de Buenos Aires, que estaba en Primera división de la AFA. Pero no llegó a jugar y volvió para ir a Estudiantes y luego reforzó a Jorge Newbery, de Villa Mercedes en el Regional de 1982-1983. En la misma zona estaba Estudiantes (SL), Pacífico de General Alvear, Huracán de San Rafael y Andes Talleres. El delantero central de 19 años llamaba la atención apenas pisaba el campo de juego.
Por su físico ancho, su habilidad y su pegada potente "El Juan" marcaba diferencias.
Las incursiones en las canchas mendocinas le abrieron el interés a Gimnasia y Esgrima. El presidente José Vila Porcar, apoyado por dirigentes como Salem Eduardo Nazar y Samuel Kolton, decidió traer a Funes para el Apertura de 1983.
Vino a compartir el equipo blaquinegro con jugadores como Reggi, Daniel Sosa, Montivero, Badía, Cuta Morán, Quintana, Zolorza, Fornari, Olmos, Castellino, Rojas, Oscar y Raúl Muñoz, que conformaban un gran plantel. Llegaron las finales del Apertura y el Lobo se impuso al Deportivo Maipú por 2-0 y 3-0.
En marzo del '83 comenzó el Nacional en donde Gimnasia integró la zona E junto a Boca, Platense e Instituto. Sólo le ganó un partido a los cordobeses y quedó eliminado en la primera fase.
Después en las finales del Clausura de la Liga Mendocina, Gimnasia superó a San Martín (no jugó Funes, que estaba suspendido) 2 a 1 y empataron 1 a 1 para quedarse con el título del torneo y el campeonato anual.
Representó una vez más a Mendoza en el Nacional de 1984 , que se inició el 19 de febrero. Compartió el grupo B junto a San Lorenzo, Unión (General Pinedo, Chaco) y Temperley. Con cinco empates y una derrota logró la clasificación (segundo de San Lorenzo) por mejor diferencia de gol. El Búfalo Funes anotó 5 goles en 6 partidos.
En octavos de final lo eliminó Argentinos Juniors que le ganó 3 a 2 con goles de Pedro P. Pasculli -2- y Miguel Lemme y para el Lobo convirtieron: Juan G. Funes (p) y Raúl Zolorza.
Deportivo Maipú era presidido por el empresario de artículos domésticos, Felipe Bellene, y cuentan testigos una anécdota sucedida en la secretaría de Gimnasia y Esgrima. En reunión de comisión directiva apareció Bellene y dijo: "Acá traje lo que me pidieron por Funes y lo vengo a comprar". La persona que lo acompañaba abrió una valija y mostró 100 mil dólares. La dirigencia del Lobo entre asombro y risas, agradeció el interés pero no aceptó la oferta.
El Búfalo jugó su último torneo en Mendoza (el Apertura '84) y compartió la delantera con Carlos Rodríguez, para armar una dupla exitosa. En las finales con Huracán L.H. igualaron 1-1 y en la revancha goleó Gimnasia 4-0 con una demostración fabulosa de Funes y Carlitos.
Después vinieron agentes de Millonarios de Colombia con unos dólares más que Bellene y se llevaron al jugador de 21 años. En el club de Bogotá jugó desde 1984 a 1986 y dejó varios registros como los 15 goles del torneo Finalización y los 17 en el Octogonal final (14 fechas) para redondear 32 goles en un semestre. Quedó como récord.
Marcó 47 goles en Millonarios. Lo compró River Plate, jugó en la selección argentina y con la banda roja logró la Copa Libertadores de 1986 con dos goles fundamentales en las finales ante América de Cali. Y fue campeón Intercontinental ante Steaua Bucarest en Tokio. Luego tuvo su etapa europea en Olympiakos (Grecia) y Nantes. Volvió a Vélez ('89-'90) y jugó 25 partidos. Niza (Francia) lo llevó y no pasó la revisión médica. Iba a firmar en Boca, pero sus problemas cardíacos lo alejaron del fútbol y el 1 de enero de 1992 (28 años) el Búfalo se iba para siempre.
Su corazón lo dejó tranquilo.
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