Juegos desleales - En el torneo Apertura dominan las patadas, las agresiones, la trampa y las simulaciones; los futbolistas ni siquiera se respetan, aun siendo del mismo equipo, y Agremiados no reacciona
Por Christian Leblebidjian De la Redacción de LA NACION - Se juega sin límites y el riesgo lo asume el adversario. Así de simple. Así de claro. Así de preocupante. Antes del partido, todos realizan a la perfección el saludo FIFA: se abrazan, se palmean, pero una vez que el árbitro dio la orden para hacer rodar la pelota, se transforman. Hace tiempo que LA NACION viene advirtiendo sobre comportamientos inadecuados de los futbolistas, muchos de ellos envueltos en las trampas, las simulaciones y las patadas violentas, las mismas que pueden perjudicar a un colega que debe defender su trabajo y llegar a fin de mes para mantener a su familia, como todos. La infracción de Sánchez Prette a Marcos Cáceres en Newells 1 vs. Racing 0, que generó la rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda del defensor paraguayo, actuó como un resorte más para instalar nuevamente el tema. Porque no se trata de caerle solamente a Sánchez Prette, sino a la cantidad de faltas desleales que se ven por fin de semana, por partido, por segundo. No hay que mirar sólo la rehabilitación de seis a ocho meses que deberá hacer Cáceres, ni castigar exageradamente a Sánchez Prette, sino apuntar a la cantidad de lesiones que de milagro no se producen. No fue la única acción extralimitada en la 11a fecha del torneo Apertura: hubo un puntapié de Ferrari (River) al tobillo de Raymonda (Argentinos); una plancha de Piatti (Independiente) a Ricardo Gómez (Colón); la patada desde atrás y de calentura de Valencia (Godoy Cruz) a Salgueiro (Estudiantes); la plancha de Morel Rodríguez (Boca) a Zarif (Chacarita) y el codazo de Scotti (Argentinos) a Fabbiani (River). ¿Y si nos vamos un poco más atrás? Algunas acciones no son observadas por los árbitros; otras sí, como Néstor Pitana en Atlético Tucumán vs. Boca (por la 4a fecha), que dejó pasar un pisotón de Fabián Monzón a la Pulga Rodríguez mientras el delantero de Atlético disputaba una pelota con Paletta. A Sergio Pezzotta, árbitro de Vélez 0 vs. San Lorenzo 0, lo pararon por no sancionar penal y expulsar a Germán Montoya, cuando el arquero, en su afán por capturar un envío aéreo, le produjo un corte en la nariz a Bernardo Romeo. ¿Y por qué el Tribunal de disciplina no sancionó a Montoya? ¿Al juez que no vio la infracción, sí, pero al agresor no? Sólo en la Argentina puede pasar una cosa así. El Apertura suma situaciones, pero nadie reacciona. Cada domingo se ven acciones desleales, al filo de lesiones graves. Como la patada de Ibarra (Boca) a Blanco (Lanús), por la cual el volante debió abandonar la cancha en la 2a fecha. O los tapones que le dejó marcados el uruguayo Pablo Pintos (San Lorenzo) a Matías Sánchez, en el empate 2 a 2 con Estudiantes (3a fecha) en el Nuevo Gasómetro. La Copa Sudamericana no fue la excepción: la reacción de Pablo Migliore ante Ramiro Leone y la vendetta de Menseguez a Oviedo en Ciclón 1 vs. Tigre 0. En el Sur, en Lanús 1 vs. River 0 se vio el codazo de Grana a Buonanotte y la posterior plancha de Buonanotte a Maxi Velázquez. Un poco más atrás todavía, por torneos de AFA y de la Copa Libertadores, los duelos entre el Gallego Méndez y Radamel Falcao en los San Lorenzo vs. River, picados en provocaciones y en agresiones. Además se registran actitudes tramposas, de engaños o de recursos que no contempla el reglamento para sacar ventaja antideportiva. En esto último, vale como ejemplo el primer gol que le hizo Boghossian a Vélez, en Liniers. Schiavi, conocedor de que el equipo de Gareca tiraba el achique para defender las pelotas paradas, preparó un scrum con Insaurralde para encerrar a Somoza y no dejarlo salir. De esa forma, cuando se ejecutó el tiro libre, todos dieron el paso adelante menos... Somoza, que quedó preso y habilitó, a la fuerza, a los jugadores de Newell?s. El propio Schiavi asistió a Boghossian y el delantero anotó sin oposición.
Otra situación se vivió en el superclásico, en el golpe de Julio Cáceres que simuló Ortega y que derivó en la expulsión del defensor paraguayo. El Burrito sabía que, tras la roja a Villagra, cualquier roce podía dejar a Boca también con diez jugadores. Provocó a Cáceres y el defensor, poco inteligente, lo golpeó en el giro. Lo que debió de haber sido amonestación para ambos terminó en una roja para Cáceres. En la última fecha, Busse engañó a Laverni (el mismo árbitro del superclásico) y fingió haber recibido un codazo de Fuertes. El árbitro compró y el Bichi se fue a los vestuarios no bien arrancó el segundo tiempo. Ni siquiera se respetan entre los jugadores del mismo equipo. Basta con ver el video de las trompadas que se pegaron entre Civelli y Pintos en el entretiempo y camino al vestuario de la cancha de Colón. La intolerancia no distingue camisetas. Sea como fuere, nadie actúa de oficio. Ni Futbolistas Argentinos Agremiados ni el Colegio de Arbitros ni Julio Grondona, presidente de la AFA. Ni siquiera los entrenadores, que en su mayoría, en lugar de pedirles a sus dirigidos más "inteligencia" que "entrega", lloran y se quejan por los arbitrajes. No les importa, en realidad, lo que sucedió, les interesa sumar presión y ser beneficiados en el próximo partido. Agremiados tampoco se mete con el tema de jugar los partidos a las 14 con más de 30°C. ¿Para qué? Hace rato que Sergio Marchi, presidente del gremio de los futbolistas, tiene motivos para reaccionar y... nada.
Todos miran para el costado, apuestan por el "siga, siga" y sólo piensan en ver qué "ventajita" pueden sacar en el próximo partido. Los jugadores se saludan antes de los partidos para la FIFA, para la foto de rigor. Después, todo queda en manos de la frase "dejar la vida en cada pelota". Del sálvese quien pueda y de pelear por ver quién es el más fuerte. Total, el riesgo lo sigue asumiendo el adversario. 33 expulsiones se registraron disputadas 11 fechas del Apertura, un promedio de 3 por jornada. Sólo en la 1a fecha no hubo tarjetas rojas y la mayor cantidad (6) se registró en la 11a, la última.
Dixit - "Yo dije que los jugadores eran desleales hace tres años, en una nota que me hizo La Nacion? Las cosas no han cambiado mucho." Pablo Lunati
"No fui con mala intención", explicó Sánchez Prette Cristian Sánchez Prette fue suspendido provisionalmente por el Tribunal de Disciplina de la AFA, por la patada que terminó en la lesión de Marcos Cáceres, de Racing (estará inactivo entre seis y ocho meses). El volante de Newell?s hizo su descargo: "Se está hablando de que fui con mala leche y se está haciendo un circo de algo que fue una situación del partido. Yo no lo veo. Voy siguiendo la pelota y llego a destiempo, pero no voy con mala intención. No sé por qué se está hablando tanto de esto. Será porque Newell?s está ahí arriba o porque no hay otra cosa de qué hablar. Fui al vestuario a ver a Cáceres para saber cómo estaba y contarle que no tuve intención, pero no pude hablar con él. Me molestó que se hable de mala intención. Todos me conocen, saben la clase de persona que soy y no haría algo así a propósito
Por Christian Leblebidjian De la Redacción de LA NACION - Se juega sin límites y el riesgo lo asume el adversario. Así de simple. Así de claro. Así de preocupante. Antes del partido, todos realizan a la perfección el saludo FIFA: se abrazan, se palmean, pero una vez que el árbitro dio la orden para hacer rodar la pelota, se transforman. Hace tiempo que LA NACION viene advirtiendo sobre comportamientos inadecuados de los futbolistas, muchos de ellos envueltos en las trampas, las simulaciones y las patadas violentas, las mismas que pueden perjudicar a un colega que debe defender su trabajo y llegar a fin de mes para mantener a su familia, como todos. La infracción de Sánchez Prette a Marcos Cáceres en Newells 1 vs. Racing 0, que generó la rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda del defensor paraguayo, actuó como un resorte más para instalar nuevamente el tema. Porque no se trata de caerle solamente a Sánchez Prette, sino a la cantidad de faltas desleales que se ven por fin de semana, por partido, por segundo. No hay que mirar sólo la rehabilitación de seis a ocho meses que deberá hacer Cáceres, ni castigar exageradamente a Sánchez Prette, sino apuntar a la cantidad de lesiones que de milagro no se producen. No fue la única acción extralimitada en la 11a fecha del torneo Apertura: hubo un puntapié de Ferrari (River) al tobillo de Raymonda (Argentinos); una plancha de Piatti (Independiente) a Ricardo Gómez (Colón); la patada desde atrás y de calentura de Valencia (Godoy Cruz) a Salgueiro (Estudiantes); la plancha de Morel Rodríguez (Boca) a Zarif (Chacarita) y el codazo de Scotti (Argentinos) a Fabbiani (River). ¿Y si nos vamos un poco más atrás? Algunas acciones no son observadas por los árbitros; otras sí, como Néstor Pitana en Atlético Tucumán vs. Boca (por la 4a fecha), que dejó pasar un pisotón de Fabián Monzón a la Pulga Rodríguez mientras el delantero de Atlético disputaba una pelota con Paletta. A Sergio Pezzotta, árbitro de Vélez 0 vs. San Lorenzo 0, lo pararon por no sancionar penal y expulsar a Germán Montoya, cuando el arquero, en su afán por capturar un envío aéreo, le produjo un corte en la nariz a Bernardo Romeo. ¿Y por qué el Tribunal de disciplina no sancionó a Montoya? ¿Al juez que no vio la infracción, sí, pero al agresor no? Sólo en la Argentina puede pasar una cosa así. El Apertura suma situaciones, pero nadie reacciona. Cada domingo se ven acciones desleales, al filo de lesiones graves. Como la patada de Ibarra (Boca) a Blanco (Lanús), por la cual el volante debió abandonar la cancha en la 2a fecha. O los tapones que le dejó marcados el uruguayo Pablo Pintos (San Lorenzo) a Matías Sánchez, en el empate 2 a 2 con Estudiantes (3a fecha) en el Nuevo Gasómetro. La Copa Sudamericana no fue la excepción: la reacción de Pablo Migliore ante Ramiro Leone y la vendetta de Menseguez a Oviedo en Ciclón 1 vs. Tigre 0. En el Sur, en Lanús 1 vs. River 0 se vio el codazo de Grana a Buonanotte y la posterior plancha de Buonanotte a Maxi Velázquez. Un poco más atrás todavía, por torneos de AFA y de la Copa Libertadores, los duelos entre el Gallego Méndez y Radamel Falcao en los San Lorenzo vs. River, picados en provocaciones y en agresiones. Además se registran actitudes tramposas, de engaños o de recursos que no contempla el reglamento para sacar ventaja antideportiva. En esto último, vale como ejemplo el primer gol que le hizo Boghossian a Vélez, en Liniers. Schiavi, conocedor de que el equipo de Gareca tiraba el achique para defender las pelotas paradas, preparó un scrum con Insaurralde para encerrar a Somoza y no dejarlo salir. De esa forma, cuando se ejecutó el tiro libre, todos dieron el paso adelante menos... Somoza, que quedó preso y habilitó, a la fuerza, a los jugadores de Newell?s. El propio Schiavi asistió a Boghossian y el delantero anotó sin oposición.
Otra situación se vivió en el superclásico, en el golpe de Julio Cáceres que simuló Ortega y que derivó en la expulsión del defensor paraguayo. El Burrito sabía que, tras la roja a Villagra, cualquier roce podía dejar a Boca también con diez jugadores. Provocó a Cáceres y el defensor, poco inteligente, lo golpeó en el giro. Lo que debió de haber sido amonestación para ambos terminó en una roja para Cáceres. En la última fecha, Busse engañó a Laverni (el mismo árbitro del superclásico) y fingió haber recibido un codazo de Fuertes. El árbitro compró y el Bichi se fue a los vestuarios no bien arrancó el segundo tiempo. Ni siquiera se respetan entre los jugadores del mismo equipo. Basta con ver el video de las trompadas que se pegaron entre Civelli y Pintos en el entretiempo y camino al vestuario de la cancha de Colón. La intolerancia no distingue camisetas. Sea como fuere, nadie actúa de oficio. Ni Futbolistas Argentinos Agremiados ni el Colegio de Arbitros ni Julio Grondona, presidente de la AFA. Ni siquiera los entrenadores, que en su mayoría, en lugar de pedirles a sus dirigidos más "inteligencia" que "entrega", lloran y se quejan por los arbitrajes. No les importa, en realidad, lo que sucedió, les interesa sumar presión y ser beneficiados en el próximo partido. Agremiados tampoco se mete con el tema de jugar los partidos a las 14 con más de 30°C. ¿Para qué? Hace rato que Sergio Marchi, presidente del gremio de los futbolistas, tiene motivos para reaccionar y... nada.
Todos miran para el costado, apuestan por el "siga, siga" y sólo piensan en ver qué "ventajita" pueden sacar en el próximo partido. Los jugadores se saludan antes de los partidos para la FIFA, para la foto de rigor. Después, todo queda en manos de la frase "dejar la vida en cada pelota". Del sálvese quien pueda y de pelear por ver quién es el más fuerte. Total, el riesgo lo sigue asumiendo el adversario. 33 expulsiones se registraron disputadas 11 fechas del Apertura, un promedio de 3 por jornada. Sólo en la 1a fecha no hubo tarjetas rojas y la mayor cantidad (6) se registró en la 11a, la última.
Dixit - "Yo dije que los jugadores eran desleales hace tres años, en una nota que me hizo La Nacion? Las cosas no han cambiado mucho." Pablo Lunati
"No fui con mala intención", explicó Sánchez Prette Cristian Sánchez Prette fue suspendido provisionalmente por el Tribunal de Disciplina de la AFA, por la patada que terminó en la lesión de Marcos Cáceres, de Racing (estará inactivo entre seis y ocho meses). El volante de Newell?s hizo su descargo: "Se está hablando de que fui con mala leche y se está haciendo un circo de algo que fue una situación del partido. Yo no lo veo. Voy siguiendo la pelota y llego a destiempo, pero no voy con mala intención. No sé por qué se está hablando tanto de esto. Será porque Newell?s está ahí arriba o porque no hay otra cosa de qué hablar. Fui al vestuario a ver a Cáceres para saber cómo estaba y contarle que no tuve intención, pero no pude hablar con él. Me molestó que se hable de mala intención. Todos me conocen, saben la clase de persona que soy y no haría algo así a propósito
No hay comentarios:
Publicar un comentario