viernes, 30 de septiembre de 2016

FALLECIO ANGEL GUSTELLA - EL ANGEL DEL RUGBY


Adiós al Ángel del rugby - DOCENTE DE ALMA. “Papuchi” fue maestro de muchas generaciones de rugbiers. la gaceta “Papuchi”, adoptado por Tucumán pero querido por todo el país, falleció ayer a los 84 años

La noticia que ya todos esperaban pero que nadie quería escuchar se dio en las primeras horas de ayer: Ángel Guastella, una de las figuras más importantes de la historia del rugby argentino, dejó de existir a los 84 años. Enfermo desde hacía ya mucho tiempo, “Papuchi” no dejó de andar mientras el cuerpo se lo permitió, enseñando con la palabra y el ejemplo a muchísimas generaciones, que lo recordarán como un gran maestro. Sobre todo en Tucumán Lawn Tennis, el club que lo adoptó desde 2000.

“Yo nunca tuve un padre, y en ‘Papuchi’ encontré uno”, asegura Ismael “Castor” Correa, quien lo conoció apenas se radicó en la provincia y lo acompañó hasta el último momento de su vida. “Era un sabio, no sólo del rugby sino también de la vida. Uno aprendía mucho a su lado. Tenía su carácter, pero en los 16 años desde que lo conocí, jamás le escuché decir ni una sola mala palabra. Estoy agradecido a la vida de haberlo conocido y de haber sido su amigo”, agrega “Castor”, la persona más cercana al gran maestro en la última etapa de su vida.
Andrés Chavanne, dirigente de Lawn Tennis, le atribuye a Guastella el éxito reciente del club. “Los títulos que logramos en los últimos años se los debemos a él en gran parte. Nos hizo entender el rugby de otra manera. Un rugby generoso, como él mismo. Y es que él entendía el juego como parte de la vida misma. Por eso digo que el club necesita encontrar un nuevo ‘Papuchi’”, señala el vicepresidente primero de la UAR.
Lucas Ferro lo tuvo de entrenador en el seleccionado del interior y guarda el mejor de los recuerdos. “Tenía grandes cualidades de docencia sobre el rugby y sobre la vida. Todos lo que lo conocieron lo querían y lo admiraban. Y siempre que me tocó entrenar, ya fuera la primera del club, o algún juvenil o incluso el seleccionado tucumano, estuvo ahí para darme consejos”, rescata Lucas. Alejandro Kargachin, coordinador de infantiles de los “Benjamines”, respalda con cifras: “él entendía el rugby infantil como base del crecimiento. En 2005 teníamos menos de 150 jugadores en infantiles y la primera del club hacía 23 años que no salía campeona. Hoy en infantiles tenemos más de 300 chicos y ganamos cinco títulos de Primera en los últimos ocho años”.
Así y todo, “Papuchi” nació el 7 de noviembre de 1931 en Barracas, y ya desde entonces incubó el fervor por Boca. Sin embargo, lo suyo era el rugby. En 1953 fundó el club Pueyrredón, junto a su amigo y maestro, Jorge Gutiérrez. Luego, vistió cuatro veces la camiseta argentina jugando en la posición de medio apertura.
Federico Mentz tuvo como maestro a Guastella en sus últimos años de plenitud. “Estoy triste por la noticia, pero feliz de haberlo conocido. El club tuvo mucha suerte de haberlo tenido todos estos años, y me alegra que haya podido disfrutar en vida de todo el reconocimiento que se le dio. Como anécdota, me acuerdo que siempre me gastaba con que una vez había metido cuatro drops en un partido, mientras que yo como máximo había hecho tres, je”, cuenta “Manino”. Un sabio del rugby que eligió ser tucumano Cuentan quienes lo conocen que cuando tuvo que renovar el documento, a Ángel Guastella le preguntaron si era de Buenos Aires y él respondió que no, que era tucumano. Fue entrenador del seleccionado argentino desde 1964 y estuvo a cargo del equipo, junto a Alberto Camardón, en la histórica gira por Sudáfrica de 1965, cuando el equipo nacional les ganó a los Junior Springboks y fue bautizado como Los Pumas.
Sus restos serán cremados y sus cenizas serían esparcidas en el césped de la cancha 1 de Lawn Tennis, su último hogar.
También dirigió a una inolvidable formación de Los Pumas que en 1985 venció a Francia y le empató a los All Blacks, por única vez en la historia, con Hugo Porta como máximo estandarte. Además, junto a Héctor “Pochola” Silva, formó parte del staff que dirigió a Los Pumas en el primer Mundial, en 1987. Nunca se casó ni tuvo hijos. Fue quizás a causa de la soledad que encontró en la calidez de sus amigos tucumanos y en la pasión con que aquí se vive el rugby el refugio ideal para transitar la última etapa de su vida. Primero fueron visitas esporádicas, con fines de docencia, que con el tiempo fueron haciéndose más frecuentes hasta que un día decidió quedarse. Fue el empresario Jorge Rocchia Ferro, ex jugador de los “Benjamines”, quien lo convenció de radicarse en Tucumán, y quien fue su mecenas en estos últimos 16 años. La provincia lo nombró ciudadano ilustre en 2011.

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