lunes, 4 de noviembre de 2013

VICTORIA DE AVENTIN

Esta carrera continuará... - El vencedor, que se impuso en tres de las últimas cuatro pruebas, lidera el campeonato con un punto de ventaja. TC en su salsa. Ese es el que se cocinó con distintos chefs y variados condimentos en la antepenúltima fecha del play off en el autódromo de La Pampa. Con un gran marco de 60 mil personas. Con las suspicacias por el flojo nivel de los Ford del antes imbatible Lincoln Sport Group. 
POR MIGUEL ANGEL SEBASTIÁN
Con la sorpresiva aparición de Marcos Di Palma, que incluyó un peligroso vuelo sobre la pista con su avioneta en lo que pareció ser la avant premier de su retorno. Y como plato fuerte, con una carrera que, como tantas de la categoría, tomó emoción en su agonía y tuvo el final menos esperado aunque no haya sido una sorpresa que Diego Aventín ganara y sumara su tercer triunfo en las últimas cuatro carreras, algo infrecuente en tiempos de especulación. Una victoria que lo devolvió a la cima del campeonato con sólo un punto de ventaja sobre Jonatan Castellano.

Sorprendió, si es que algo todavía sorprende en el TC, la forma en la que Aventín llegó a la victoria. No hay duda de su legalidad y de su capacidad conductiva para ganar y mucho menos del excelente rendimiento de su azul Ford, uno de los pocos que anduvo en el fin de semana pampeano. El asombro, seguido de las polémicas y las suspicacias, se instalaron por la forma en la que Guillermo Ortelli perdió una carrera que dominó desde que en la vuelta inicial ese gran candidato que era el Dodge (recibió algunas observaciones por la altura del techo) de Juan Marcos Angelini quedó parado por un problema en el burro de arranque que descargó la batería. Desde entonces y hasta la vuelta final, Ortelli fue dueño y señor de la carrera.¿Quién imaginaría que podía perderla más allá del gran avance de Diego Aventín en la parte final que lo llevó a colocarse como una permanente sombra del Chevrolet?

Perdió nomas Ortelli. En la vuelta final el Pumita Aventín le lanzó el zarpazo del sobrepaso por afuera, la maniobra que más duele al orgullo de los pilotos, y Ortelli no tuvo la reacción para siquiera intentar alguna defensa. ¿Puede un piloto de la capacidad y experiencia de Ortelli, séxtuple campeón, perder una carrera en la última vuelta? Puede aunque no debe de acuerdo a esos códigos que tan bien conocía y manejaba Juan María Traverso, quien repetía que “en la última vuelta el puntero tiene que doblar con las puertas para que no te pasen...” Menos debe perderla si ese piloto, además de dominar casi desde el comienzo, arrastra, como Ortelli, una sequía de victorias en la pista de cuatro años y dos meses. Mucho menos debe si el rival es de la tradicional maca adversaria. Y muchísimo menos debe perderla si ese piloto, como Ortelli, dos carreras atrás y como escolta había arriesgado tanto como arriesgó en San Luis ante Matías Rossi provocando el toque que eliminó a ambos y le dejó el triunfo a Aventín, el mismo al que ahora, casualmente o no, volvió a beneficiar. ¿Por qué ayer Ortelli no arriesgó para defender esa victoria al alcance de la mano como arriesgó para buscar aquella de San Luis que parecía más lejana?

“Por querer defenderme el auto se me puso de costado y si aceleraba hacía un trompo”, explicó Ortelli sin demasiado convencimiento y todavía colorado de enojo con un periodista que le preguntó si había recibido alguna orden para la maniobra. “No contesto preguntas de mala leche”, se quejó desencajado como pocas veces.

“Guillermo siempre fue mi ídolo. Disfruté sus seis títulos y disfruto correr con él porque es un caballero. Hoy me dejó lucirme y me dejó ganar, pero no en el mal sentido porque esa maniobra que hice para pasarlo no se hace solo sino de a dos...”, admitió Aventín echando más leña al fuego de las suspicacias y las polémicas. Una primera consecuencia fue la calentura inicial de muchos hinchas de Chevrolet con Ortelli. Nadie lo hubiese imaginado pero fue TC puro. TC en su salsa.

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