lunes, 19 de agosto de 2013

EL DT DEL “GLOBO” COMODORENSE ROGER MORALES

REMEMORO SU ETAPA COMO JUGADOR PROFESIONAL Y ASEGURA QUE EN EL FUTBOL SE CONSIGUEN LAS COSAS CON SACRIFICIO - Rogger Morales: “el fútbol es mi lugar en el mundo”. El entrenador defendió los colores de Cipolletti y Círculo Italiano de Villa Regina antes de estar cinco años en el “Globo” de Parque Patricios, donde disputó la histórica definición del torneo Clausura 1994 de AFA frente a Independiente de Avellaneda, donde perdieron 4-0, y quedaron subcampeones.

A los 42 años, Rogger Morales disfruta con alegría cada entrenamiento de Huracán de Comodoro Rivadavia como si estuviera en su Ferri natal, aquel pueblito de chacras, entre Cipolletti y Cinco Saltos cuando tenía que recorrer los 5 kilómetros al trote para poder practicar.
Se siente un privilegiado por la carrera que tuvo en el fútbol, y asegura que la etapa más positiva fueron sin duda los cinco años que defendió la camiseta de Huracán de Parque Patricios, donde llegó a definir el torneo Clausura de AFA 1994 frente a Independiente de Avellaneda, donde el conjunto de Miguel Angel Brindisi ganó 4-0 y dejó al “Globo” como subcampeón.
El nuevo entrenador de Huracán de Comodoro Rivadavia recibió en su casa a Diario Patagónico para hablar de fútbol en plena pretemporada, y advierte que su equipo en formación tiene jugadores con buen pie, y dará pelea en el próximo torneo Argentino B. Recordó su trayectoria como jugador profesional, y rememoró la curiosa anécdota de cómo llegó a Parque Patricios.
Rogger recuerda que sus inicios en Cipolletti fueron cuando tenía 15 años y estaban el “Gallo” Fernández y el “Loco” Desciotto que eran ex jugadores y técnicos de las inferiores. “Jugué en la local y fui seleccionado por la Liga de Confluencia que en esa época era el Becquer Varela y se armó un lindo equipo que llegó a la final y perdimos con Rosario, donde estaba Fernando Gamboa. Empatamos de visitante y perdimos de local”, comenta mientras en la mesa de su su compañero y “profe” Germán Painecura acerca el primer mate de la tarde. Debutó en la Primera de ese equipo a la semana de ser ascendido al plantel, frente a Belgrano de Córdoba, y larga una carcajada cuando recuerda cómo llegó al “Globo” de Parque Patricios. 
“A los 23 años jugamos dos torneos del Interior, perdemos con Arsenal y uno con Racing de Trelew y de ahí me voy a jugar a Círculo Italiano en Regina, salimos campeones, yo estaba estudiando Ingeniería y me llama un técnico de Germinal, que era muy amigo de Enzo Trossero”, recuerda como si fuese ayer, pero hubo un mal entendido. “Me dice que querían hacerme una prueba en Huracán, y yo le contesté que no hago pruebas. Si Huracán quiere llevarme que me diga cuanta plata hay y que yo voy a ir, pero pruebas no”, afirmó convencido hasta que un compañero le dijo “vos nombraste a Enzo Trossero, y él está en Huracán de Parque Patricios, no en Huracán de Comodoro Rivadavia”, rememora con una amplia sonrisa y destaca: “yo veía el sueño del pibe que pasaba por al lado”.
A la semana siguiente lo volvieron a llamar y fue a probarse a Buenos Aires donde quedó y estuvo cinco años en Huracán. No hay dudas que uno de los momentos más importantes de su carrera fue el partido frente a Independiente de Avellaneda, donde se jugaba el título, y le tocó perder. “El partido con Independiente de Avellaneda me marcó mucho, fue muy importante. He tenido una carrera como futbolista muy linda y mi deseo es poder repetirla como técnico. Haber jugado en el fútbol grande me marcó como persona para siempre. Yo no era un jugador con muchas condiciones técnicas, y haberme mantenido cinco años en Primera fue a base de sacrificio. En el fútbol todo se puede, y por eso el mensaje es que todo se puede dar en el fútbol, pero se necesita sacrificio. Cuando uno juega la chance de dar el salto llega, pero hay que estar atento y en óptimas condiciones, no tener sobre peso, y ojalá que los chicos lo entiendan así”

ASCENDER EN “GLOBO”
Desde los 25 años, Rogger Morales ya tenía decidido que quería seguir la carrera de director técnico, y admite que siempre aprendió de todos los entrenadores que tuvo. Comenzó en Villa Iris, en Río Negro, donde salió campeón en las tres divisiones (Primera, Reserva y Cuarta) de la Liga neuquina, donde se forjaron Denis Lisaso y Nicolás Alegría, entre otros. Paso por Fernández Oro, Independiente de Neuquén, Alianza de Cutral Co, Cruz del Sur de Bariloche, y Cipolletti hasta desembarcar en Huracán de Comodoro Rivadavia hace un mes. 
“Estoy identificado con Huracán de Parque Patricios más que ninguna otra. Me gusta el buen juego, el buen paladar, el trato de la pelota, el jugador técnico. He tenido técnicos de otra línea como Héctor Cúper y también los que están en el medio como López y Caballero, Carlos Babington era un ofensivo por naturaleza. La idea es buscar el equilibrio con los jugadores que tenemos, pero la línea mía es el buen juego”, asegura mientras devuelve el mate para que siga la ronda. 
Sobre el presente que lo encuentra en la ciudad de los vientos, el técnico de 42 años confiesa que se siente cómodo y no se pone nervioso al confesar: “siento que puedo ascender y pelear cosas importantes. Soy un optimista en esta carrera y el fútbol me enseñó  eso. Soy de un pueblo donde no salen jugadores, y lo conseguí con pocas condiciones. Como técnico tengo muchas más que las que tenía como jugador y por eso se que se va a dar, y ojalá sea con Huracán”.
Respira fútbol desde que se levanta hasta que se acuesta, vive para ésto. Lo eligió de chico y supo hacer carrera. El técnico de Huracán es muy claro en sus conceptos, y remarca que en una cancha no siente presiones. “Cuando hablo de fútbol estoy en el lugar donde menos preguntas tengo, me siento cómodo. Siempre estuve ligado al fútbol, a los 25 aproximadamente ya sabía que quería ser técnico entonces me siento cómodo de manera natural, en la cancha descanso y no me siento intranquilo ni nada. El fútbol es mi lugar en el mundo, es en el lugar donde más cómodo me siento”, remarca mientras mira de reojo a su compañero en la dupla técnica, Germán Painecura, quien prepara el día siguiente de la pretemporada.
A los 42 años, Rogger Morales siente que el fútbol es importante, pero no todo su vida. Tiene como hobbie trabajar la madera y por eso en Cipolletti instaló una especie de carpintería donde pasaba sus ratos libres haciendo artesanías, bajo mesadas y muebles. Por ahora en Comodoro construye su futuro, y asegura que sabe cómo hacerlo para obtener el resultado que pretende.


EL PATAGONICO

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